“La sublimación poética es una ascesis, una purgación que tiene por
meta más cercana un estado de soledad. Embriagado por la nueva
fuerza represiva de un Contra-Sublime personalizado, el poeta fuerte, en
su demónica elevación, es autorizado para que vuelva su energía contra
sí mismo, y logra, a un precio terrible, su más definida victoria en la
lucha con los poderosos muertos.”
Volviéndose contra lo sublime del precursor, el nuevo poeta fuerte sufre
una Demonización, un Contra-Sublime cuya función sugiere la relativa
debilidad del precursor. Cuando el efebo es demonizado, su precursor
es necesariamente humanizado, y un nuevo Atlántico fluye hacia fuera
del ser transformado del nuevo poeta.”
Lo que verdaderamente sabe el poeta fuerte es que él es quien va a
ocurrir próximamente, que él va a escribir un poema en el que su
resplandor se ha de manifestar.”
HAROLD BLOOM. LA ANGUSTIA DE LAS INFLUENCIAS
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