domingo, 21 de febrero de 2010

El elogio de la sombra 2da parte





Cuando los artesanos de antes recubrían con laca esos objetos, cuando trazaban 

sobre ellos dibujos de oro molido, forzosamente tenían en mente la imagen de alguna 

habitación tenebrosa y el efecto que pretendían estaba pensado para una iluminación 

rala; si utilizaban dorados con profusión, se puede presumir que tenían en cuenta la 

forma en que destacarían de la oscuridad ambiente y la medida en que reflejarían la luz 

de las lámparas. Porque una laca decorada con oro molido no está hecha para ser vista 

de una sola vez en un lugar iluminado, sino para ser adivinada en algún lugar oscuro, en 

medio de una luz difusa que por instantes va revelando uno u otro detalle, de tal manera 

que la mayor parte de su suntuoso decorado, constantemente oculto en la sombra, 

suscita resonancias inexpresables. 

 Además, cuando está colocada en algún lugar oscuro, la brillantez de su radiante 

superficie refleja la agitación de la llama de la luminaria, desvelando así la menor 

corriente de aire que atraviese de vez en cuando la más tranquila habitación, e incita 

discretamente al hombre a la ensoñación. Si no estuviesen los objetos de laca en un 

espacio umbrío, ese mundo de sueños de incierta claridad que segregan las velas o las 

lámparas de aceite, ese latido de la noche que son los parpadeos de la llama perderían 

seguramente buena parte de su fascinación. Los rayos de luz, como delgados hilos de 

agua que corren sobre las esteras para formar una superficie estancada, son captados 

uno aquí, otro allá, y luego se propagan, tenues, inciertos y centelleantes, tejiendo sobre 

la trama de la noche un damasco hecho con dibujos dorados. 


Junichirò Tanizaki (1886-1965)

jueves, 4 de febrero de 2010

El elogio de la sombra

En Occidente, el más poderoso aliado de la belleza fue siempre la luz; en la 

estética tradicional japonesa lo esencial está en captar el enigma de la sombra. Lo bello 

no es una sustancia en sí sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de 

las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la 

sombra. Lo mismo que una piedra fosforescente en la oscuridad pierde toda su 

fascinante sensación de joya preciosa si fuera expuesta toda su existencia si se suprimen los efectos de la sombra.


Junichirò Tanizaki (1886-1965)