jueves, 29 de abril de 2010

HIPNOTIZADOS 4 de mayo en Pabellón 4


Alicia en Liliput

Ojalá no hubiera llorado tanto! -dijo Alicia, mientras nadaba a su alrededor, intentando encontrar la salida-. ¡Supongo que ahora recibiré el castigo y moriré ahogada en mis propias lágrimas! ¡Será de veras una cosa extrañaPero todo es extraño hoy. Lewis Carroll, "Alicia en el país de las Maravillas"

Las obras de María Laura Vázquez indagan el inquietante territorio de la infancia.

Teatrales fondos negros acompañan las historias de una Alicia-fotógrafa, junto a ella vamos cayendo sin parar por la madriguera del conejo. Todos los libros de cuentos de nuestra niñez se abren dejando salir las historias y sus personajes, cobrando vida mágicamente en estas fotografías.

Los delicados límites entre sueño y pesadilla se van desdibujando en estas escenas, como fotos fijas extraídas de una película, el peso existencial de los más profundos deseos y miedos de los niños se hacen realidad.

Osos de chocolate devorados, muñecas suicidas, superhéroes hipnotizados por el flautista de Hamelin, pequeñas catástrofes domésticas van poblando Liliput. La escala psicológica de los juguetes es apresada por una certera mirada tierna y dramática a la vez. Con un verdadero humor negro sajón, del tenor de Joanthan Suif y Lewis Carroll se van desarrollando estas historias fotográficas.

Somos niños nuevamente pero viviendo en el interior de los cuentos de los hermanos Grimm y Andersen, y librados a nuestras propias fantasías vamos recorriendo las páginas de estas fabulas. Las normativas morales se hacen indeterminadas, y nacen de estas obras diálogos poéticos con otros autores de la infancia como Tim Burton, Liliana Porter y David Levinthal .

Acunados por el susurro del libro leído antes de dormir, esta muestra nos lleva de la mano a jugar con nuestros fetiches tan queridos que protegieron nuestro hechizado territorio lúdico, los peluches son nuestros guardianes que como en las películas de Michel Gondry poseen la escala adulta de los sueños infantiles.

Y ahora antes de despertar, estas poderosas imágenes nos abren sus puertas para llegar al octavo casillero, y como Alicia, liberados a la propia niñez, nos transformamos en reinas y reyes de nuestra imaginación. 

                                                                                                                                   Fabiana Barreda

jueves, 22 de abril de 2010

Animales


Cautivo de la serie ¨Animales¨
Fotografía color- toma directa
Tamano: 52 x 36 cm

viernes, 9 de abril de 2010

Hipnotizados


Dicen que la historia del Flautista de Hamelin no tiene un origen fehaciente, pero comentan que habría existido un éxodo de niños en aquella ciudad de Alemania en el siglo XII, suponen que tal vez halla sido una peste la que hizo sacar de la ciudad a gran parte de los niños en una larga peregrinación, y que luego por circunstancias desconocidas, perdieron sus vidas…

Los hermanos Green se apropiaron de la historia y  crearon el cuento infantil en donde un flautista despechado mediante sus melodías, hipnotiza a los niños y se los lleva fuera de la ciudad…

A partir de un relato casi inocente, infantil, se desarrolla una gran tragedia, este recurso que utilizamos para poder asimilar circunstancias tan trágicas y angustiantes es en cierto modo el que se plantea en gran parte de estas obras.

Los objetos del pasado, los muñecos, el escenario negro, en donde irónicamente planteo distintas situaciones, son las herramientas estéticas que utilizo para llevar a cabo las obras. 

Como así también el lenguaje de la fotografía que me permite cambiar de escala  los objetos, para reformular su condición y adjudicarles una nueva funcionalidad afín a la idea.

Creo que por sobre todos los análisis que haga en el momento de abordar  la realización de la  toma se me cruzan infinidad de cuestiones, muchas veces referidas al contexto, otras a la morfología de los objetos y otras a las circunstancias más íntimas que me atraviesan ; y es ahí en ese punto de cruces en donde sucede este momento casi hipnótico, como los niños  de Hamelin con la melodía del flautista, es allí donde  se comienza a gestar la obra.